La Transformación Digital no es solamente un cambio de tecnología. Tampoco es una opción. Las organizaciones avanzan hacia un nuevo ecosistema que desafía los modelos de negocio tradicionales, donde las ideas innovadoras y las propuestas más competitivas delinean un perfil de consumo cada vez más demandante.
En este contexto, la transformación digital se convierte en una prioridad.
Explorar las posibilidades asociadas a tecnologías emergentes, como la automatización de procesos (RPA), la inteligencia artificial (AI) o la realidad virtual, no es un ámbito sólo para curiosos o mega innovadores, ya son rasgos de las organizaciones del presente que quieren tener futuro.
La capacidad de integrar, cuestionar y escalar los conocimientos y herramientas que cada empresa posee será equivalente a la velocidad con que se alcance la transformación.
En esto, la tecnología tiene el potencial para transformar la manera en la que se hacen los negocios.
¿Cuáles son las cuatro claves para llevar adelante ese cambio?
- Estar convencidos que definir una estrategia digital es lo primero, para luego decidir cómo implementar la tecnología y en qué parte de los procesos hacerlo.
- Comprender que la cultura resulta un factor clave, muchas veces impermeable a los cambios termina por explicitarse en la falta de agilidad de las organizaciones.
- Las capacidades holísticas de los líderes de la transformación son, sin dudas, un elemento esencial para combinar conocimientos técnicos y habilidades blandas de relacionamiento y comunicación para gestionar equipos transversales y células de cambio.
- Estar en continuo contacto con el cliente para captar, anticipar y exceder sus expectativas.
La transformación digital en una organización es un camino que se define a la medida de cada empresa y su estrategia. En el proceso, existirán nuevas formas de relacionarse y co-crear que van a inspirar células internas de transformación que irán contagiando al resto de la cultura. De eso depende el éxito del proceso. Y el éxito en el negocio.