En un mundo en constante cambio, los Directores de IT (CIOs) enfrentan el desafío de mantener a sus equipos con las habilidades necesarias para el presente y el futuro. Prosperar en este entorno dinámico, desafía a los CIOs a conectar el aprendizaje individual con los resultados del negocio, integrarlo en el flujo de trabajo a la vez que consiguen democratizar el coaching y amplificar el impacto a través del aprendizaje social.
Principales desafíos y estrategias de mejora
- Los métodos tradicionales de mejora de competencias a menudo no logran estar al día con las necesidades cambiantes del negocio. Estos enfoques suelen ser vistos como adicionales al trabajo diario y no reciben el tiempo ni los recursos adecuados, lo que limita su efectividad. Según un estudio de Gartner, el 70% de las organizaciones reconocen que sus métodos actuales de capacitación no están alineados con sus necesidades de negocio a largo plazo.
- El aprendizaje y el desarrollo a menudo se suele limitar a las habilidades de mayor prioridad, ignorando o retrasando oportunidades de aprendizaje más amplias y/o de exposición a la organización y su contexto. Los CIOs deben adoptar un enfoque de aprendizaje ágil que se adapte continuamente a los cambios en el entorno empresarial y las necesidades de sus equipos. Sólo el 25% de los encuestados en una encuesta reciente realizada por McKinsey cree que la capacitación mejoró el rendimiento de manera medible.
- Los CIOs suelen depender de un grupo pequeño y selecto de personas para el coaching, lo cual es insuficiente para un aprendizaje continuo y efectivo. Democratizar el coaching y distribuir esta responsabilidad entre una mayor cantidad de empleados puede aumentar las oportunidades de aprendizaje y mejorar el desarrollo de habilidades. Un informe de Deloitte indica que las empresas que promueven una cultura de aprendizaje continua tienen 46% más probabilidades de ser los líderes en sus respectivos sectores.
Estrategias clave para mejorar las habilidades
Conectar el aprendizaje con los resultados del negocio: Es crucial crear una narrativa de “learning to earning” (aprendizaje para ganar) que vincule directamente las actividades de aprendizaje con los objetivos que espera alcanzar la organización. Utilizar un proceso de evaluación iterativa y constante permite a los CIOs asegurarse de que sus equipos puedan estar actualizados a la hora alcanzar los resultados de negocio. Al mismo tiempo, es de gran importancia promover el valor de los programas de formación de una manera consiente, destacando la visión que las impulsa y la estrategia que le da sentido. Esto tiene un fin fáctico y relevante, que los equipos incorporen que el tiempo y el esfuerzo dedicados a la formación y el desarrollo conduce a resultados positivos para ellos y para la organización.
Integrar el aprendizaje en el trabajo: El aprendizaje debe ser una parte integral del trabajo diario y no una actividad separada. Integrar el aprendizaje en los procesos cotidianos y en la forma en que la organización entrega valor es esencial. Algunas compañías utilizan un enfoque de “integrar, aumentar, escalar” que incorpora el aprendizaje en las actividades regulares sin sacrificar la entrega de resultados. De manera similar, otras dedican una parte significativa del tiempo y la capacidad de sus equipos a actividades de aprendizaje experiencial a partir de trabajar en pareja con un referente más experimentado para “aprender haciendo” o duplas que combinan diferentes capacidades para aportar nuevas formas de valor.
Democratizar el coaching: Ampliar el coaching más allá de los gerentes y líderes a un grupo más amplio de referentes puede crear una cultura de aprendizaje continuo. Incluso incluir métricas de coaching en los objetivos de desempeño de todos los colaboradores experimentados. Esto no solo aumenta las oportunidades de aprendizaje, sino que también ayuda a aumentar la motivación.
Ampliar el aprendizaje socialmente: Crear oportunidades para el aprendizaje y la transferencia de conocimientos interfuncionales es crucial, sobre todo en el contexto actual de cambio continuo y transformación digital. Resultados muy positivos se han logrado desarrollado comunidades de práctica en el ámbito de low-code/no-code que permiten a las personas de toda la organización compartir y aprender juntos, independientemente de sus roles o niveles de experiencia. Estas comunidades fomentan una cultura de aprendizaje colectivo y ayuda a romper los silos organizacionales. De hecho, según una encuesta de McKinsey, las empresas con altos niveles de colaboración interfuncional son un 70% más propensas a reportar mejoras significativas en el desempeño de la organización.
Micro cursos: Ofrecer oportunidades de aprendizaje breves, fáciles de digerir, que en no más de una hora recorran temas de relevancia para los desafíos u oportunidades inmediatas del equipo.
Para comenzar a practicar el aprendizaje lean, las organizaciones deben pasar de medir la cantidad de horas de capacitación completadas a evaluar los resultados de negocio obtenidos. El aprendizaje ágil garantiza que las personas no solo aprendan lo correcto, en el momento adecuado y por las razones correctas, sino también que retengan lo que aprenden. Esta estrategia permitirá a los CIOs mantener a su equipo actualizado y alineado con las necesidades estratégicas del negocio. La velocidad a la que avanza la tecnología requiere que las organizaciones no solo respondan rápidamente a los cambios, sino que también anticipen y preparen a sus equipos para estos cambios. Integrar el aprendizaje en el flujo de trabajo diario, democratizar el coaching y fomentar el aprendizaje social son estrategias efectivas que pueden conducir a una mejora continua de las habilidades y a un mayor éxito organizacional en un entorno digital en constante evolución. Según Gartner, las organizaciones que adoptan un enfoque de aprendizaje ágil tienen un 50% más de probabilidades de superar a sus competidores en términos de innovación y tiempo de comercialización de nuevos productos y servicios.