El talento es escaso, pero también es efímero

Nos acostumbramos a vivir la inmediatez como una necesidad. Todo cambia con rapidez y construir relaciones laborales de largo plazo parece una utopía, pero ¿será al mismo tiempo una oportunidad que tenemos que aprender a aprovechar?

La pandemia de Covid-19 nos alertó sobre nuestra humanidad, nos mostró que nuevas formas de hacer las cosas eran posibles y que las viejas ideas podían ponerse en duda, incluso algunas debían transformarse para que todos pudiéramos seguir adelante. Cada uno conectó con sus emociones y además, se construyeron nuevos puentes entre lo que esperamos y lo que hacemos para alcanzar el futuro que queremos. Seguramente, ya no somos los mismos.

Actualmente, se habla de la escases mundial de talentos en el mercado laboral la cual en 2022 ha alcanzado su nivel más alto en los últimos 16 años (3 de cada 4 empleadores manifiestan problemas para conseguir el talento que necesitan, según un estudio recientemente realizado por Manpower Group).

Las organizaciones mientras buscan acompañar la transformación, encuentran cada vez más complejo resolver un nuevo dilema: el talento, que nunca fue fungible, ahora tampoco es un bien durable. En la era del talento efímero adaptarse no va a resultar suficiente, tenemos que ser inteligentes para hacer de esto una ventaja y no un lamento. Tenemos que estar a la altura del desafío si queremos hacer la diferencia y ser parte de ese mínimo porcentaje que consigue atraer a los talentos que necesita.

Atraer no es lo mismo que elegir.

Todos fuimos incorporando la inmediatez a nuestro sistema, pero entonces ¿cómo captar talentos sin morir en el intento?

  • En principio, asegurarnos que tenemos claras las expectativas y que sabemos identificar qué aporte buscamos para la organización.
  • Es fundamental cuestionarnos qué podemos ofrecer como compañía para que los talentos que necesitamos nos elijan.
  • Sabiendo, al mismo tiempo, que tenemos que estar listos para poder resolver un ingreso en pocos días si las circunstancias así lo requieren. Se vuelve indispensable ser flexibles y ágiles.

 ¿En qué procesos debemos trabajar desde las áreas de selección en las compañías?

  • Gestión circular: El proceso de búsqueda es constante. Si queremos captar talentos, tener la capacidad de contar con un pool de candidatos activos es clave.  
  • Tecnología como aliada: Tanto para reducir los tiempos del proceso de selección como para la asertividad en las búsquedas, hay plataformas y herramientas que son claves para el proceso. Desde el social recruiting a través de redes sociales, la marca empleadora digital, hasta las gamming Apps para evaluar a los candidatos desde una perspectiva integral, efectiva y también mucho más entretenida que las clásicas entrevistas. 
  • Conexión: Desarrollar la capacidad para conectar con los candidatos más allá de los aspectos estrictamente apegados a lo laboral, encontrando los lugares donde las expectativas mutuas se conectan. Es la oportunidad para contar nuestra historia y lograr que ellos nos elijan porque, tenemos que reconocerlo, ya no son las organizaciones las que tienen la última palabra, hoy la elección es un blend de búsqueda de desarrollo, posibilidad de experiencia y expectativas de bienestar. 

Gestionar el tiempo juntos.

Cuando ya es un hecho que el talento que buscábamos se incorpora a nuestra organización, es el momento en que más nos tenemos que enfocar ¿Cómo hacemos para que el tiempo que vamos a compartir juntos resulte la mejor de todas las experiencias para ambos?

  • Journey map: Lo previsible si no está ordenado, resulta caótico. Resulta imprescindible tener claridad sobre cuál es la experiencia que queremos brindar, cuál es el camino que queremos que recorran las personas que transitan por nuestra organización y brindarles una guía para que ellos también lo sepan. No alcanza si sólo nosotros lo sabemos. Ser capaces de guiar a nuestros talentos de manera coherente, ágil y humana es lo que transforma una experiencia común en una memorable. Y eso es lo que queremos, dejar una huella en las personas con las que trabajamos.
  • On Boarding: Es el momento de conocernos mejor. Ahora que nos elegimos, empezamos a compartir desafíos y queremos contarle cómo somos, qué hacemos y ponernos en la misma página sobre qué expectativas tenemos uno del otro. Nos conectaremos desde un nuevo lugar y empezaremos a construir el nuevo futuro que nos va a unir. 
  • Self service: Hacer las cosas simples significa valorar nuestro tiempo y el de los otros. Hay plataformas al alcance de nuestra mano, como por ejemplo las que ofrece MS Office 365, que nos permiten desarrollar fácilmente un ecosistema de procesos autogestionables, ágiles y automáticos que ponen en valor el tiempo de todos. Poder elegir cómo usamos nuestro tiempo es un privilegio.
  • People Care: Es estar cerca para comprender que somos humanos y ese factor puede ser diferencial a la hora de elegir dónde (y con quién) nos gusta trabajar.

¿Es posible lograr que el talento perdure? Claro que sí, y para eso es clave mantener el match inicial. Es, como en toda relación, una tarea de construcción de todos los días. Pero tampoco está mal si el talento rota, porque así estaremos aprendiendo y evolucionando con diversidad. Diferente, pero más resilientes. Lo más importante, y esto vale tanto para efímeros como para longevos, que mientras compartimos el mismo equipo logremos que nuestros talentos se “pongan la 10”. Esto es lograr potenciar sus capacidades,  co-creando su proceso de desarrollo, apostando a una cultura inmersiva de la capacitación y, obviamente, reconociendo sus logros. Quizás tengamos el honor de estar jugando con los Messi del futuro y nos debemos la obligación de estar a la altura.

Liderar para el futuro.

El equipo se construye desde el propósito. Por eso, para abordar el liderazgo de los talentos debemos convocarlos con un objetivo común, interpelando todos sus sentidos con creatividad, con coherencia y con empatía. Poner a su alcance las herramientas para que puedan ser mejores y transformen las oportunidades en logros. Así serán nuestros mejores embajadores cuando se hayan ido.

Las organizaciones tenemos el desafío de encontrar en lo efímero un aliado y volvernos más ágiles, inteligentes y resilientes si queremos hacer la diferencia.